El Juego Proyectivo es un complemento
para las técnicas narrativas en la terapia Gestalt. Ésta contiene: una tabla de
45 X 30 cm forrada de franela, se sugiere que una mitad sea de color azul (para
el área del cielo), y la otra mitad de color verde (para el área de la tierra).
Además, es importante crear múltiples siluetas
de franela para que el niño pueda
manipularlas sobre el franelógrafo mientras habla (observa la foto de arriba).
Lee el listado de figuras que se sugiere y recuerda que
con tu creatividad puedes agregar más opciones:
Se sugiere que las figuras estén en una caja, bolsa o recipiente que facilite la exposición de las mismas y, sobre todo, que sea fácil de manejar para el niño o adolescente.
Un organizador o una zapatera es una buena opción. |
Con los materiales anteriores estás listo para trabajar, puedes empezar dando instrucciones similares a estas:
‘’Acá hay una tabla
que está dividida por dos colores, tú la puedes usar del lado que quieras. De este lado
hay figuras (mencione algunas) y con ellas podrás crear tu mundo sobre la
tabla, puedes empezar cuando desees’’
Cuando el
niño termine con su mundo guíate de los pasos del Modelo de Trabajo con Gestalt
que propuso la autora Violet Oaklander (ya se han expuesto en otra entrada).
El
niño puede inventar muchas historias o escenas con el material.
Es una
herramienta muy útil para tu trabajo terapéutico si la sabes aprovechar.
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NUESTRA EXPERIENCIA
Como siempre, en clase tuvimos la
oportunidad de aplicar la técnica de la caja proyectiva, teniendo como base el
modelo de trabajo gestáltico de Violet Oaklander. Esta práctica se realizó en
dos días en los cuales algunos tuvimos la oportunidad de ser terapeutas y otros
de ser pacientes. La idea era que el terapeuta le pidiera al paciente que
realizara una imagen, que construyera un mundo con las piezas de fieltro
disponibles. Al terminar el terapeuta, usando de guía los pasos propuestos por
Oaklander, indagaba en la creación del paciente pudiendo llevarlo, por medio de
esto, a darse cuenta de lo que su imagen estaba proyectando. A continuación
puedes encontrar las experiencias de los moderadores del Blog:
Experiencia de Nathalyn Cruz
Tuve
la experiencia de ser paciente y terapeuta, cuando fui paciente me
sentí emocionada y disfruté armar mi mundo en la tabla; sin embargo, cuando
el terapeuta (el catedrático) hizo un par de intervenciones me sentí nerviosa
porque automáticamente empecé a conectar la situación actual con otros
momentos en mi vida, en ese momento pensé: ‘’esto si funciona’’. Al ser
terapeuta me sorprendió la forma en que mi paciente logró
un diálogo entre 4 muñecos de franela, pude conectarme con ella y se creó
un espacio íntimo. Es increíble como una técnica con figuras de fieltro puede
ser una herramienta tan sanadora y liberadora en el cliente, siempre y cuando
se le guíe de la forma adecuada.
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Experiencia de Fernando Gomar
Realizar las figuras fue un trabajo arduo pero
entretenido. El ver cómo cada figurita tomaba una forma tan atractiva y
divertida motivaba a seguir haciéndolas.
Pienso que la inocencia de unas figuras de tela
suave permite que las defensas del evaluado bajen, porque es imposible
sentirse amenazado al realizar la prueba con el franelógrafo. La evidencia
estuvo en la manera en que los voluntarios hacían la actividad y todo el
encuadre se volvía el equivalente a ver un proyector generando la imagen
sobre una pantalla en blanco. Tremendamente fascinante e interesante, pero
pude darme cuenta que si no se hace un seguimiento de los pasos de Oaklander
de forma fluida, poco va a lograr escarbar el evaluador dentro del yo de su
evaluado; se necesita un buen ojo clínico que note los movimientos corporales,
note énfasis en partes del cuadro y que sepa hacer un diálogo entre partes
que revelen contenido más allá del visto a primera instancia.
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Experiencia de Jocelyn Trujillo
En mi caso, la paciente decidió plasmar la escena de
un acontecimiento real. Al terminar de realizarlo me describió la imagen y,
utilizando los pasos propuestos por Oaklander le fui pidiendo que hablara en
nombre de distintas partes del dibujo, y que dichas partes dialogaran entre
sí. Es muy interesante ver cómo mediante esta técnica y utilizando el modelo
propuesto por Oaklander, el paciente puede realmente “darse cuenta” de lo que
le pasa, preocupa y afecta.
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ALGUNAS FOTOS
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‘’El proceso de
trabajo con un niño es suave y fluido – un evento orgánico’’ decía Violet
Oaklander al introducir el método con el que ella aplica el plan terapéutico
con niños.
En un inicio
tuvimos la impresión de que su metodología se aplicaba solamente al dibujo
proyectivo, pero pronto nos dimos cuenta que no se trata de hacer un dibujo,
sino de hacer un modelo que guíe la manera de contener, evaluar y analizar toda
la expresión del yo que representa un trabajo ‘’artístico’’. Y es que eso es precisamente lo mágico del
trabajo con niños, que su yo sale a flote en el momento en que se le da la
oportunidad de manifestarse.
Hasta ahora hemos
trabajado dibujando, jugando con arcilla y finalmente usando un franelógrafo –
figuras de fieltro que se nos encargó hacer en una tabla forrada del mismo
material. Fue sorprendente revisar cada ejemplo en vivo usando las mismas anotaciones
que Oaklander hizo en su libro Ventanas a Nuestros Niños y darnos cuenta de
cómo se amolda a cada tipo de prueba, con resultados por demás fascinantes.
Así existen más
actividades para hacer evaluaciones interpretativas con niños, como alambre y
otros materiales tridimensionales, y cada uno sirve como un lienzo en el que el Yo del pequeño inyecta sus deseos, miedos y dudas, entre muchos otros de sus componentes.
El modelo de Violet Oaklander fluye orgánicamente, como ella lo describe, sin
caer en ser mecánicos y permitiendo una interacción natural con el chico.
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