El modelo de trabajo gestáltico de Oaklander es una de las técnicas para ayudar a los niños a expresar sus sentimientos mediante el uso del dibujo y la pintura. El propósito básico de cada sesión, descrito por Oaklander, consiste en ayudar al niño a darse cuenta de sí mismo y de su existencia en su mundo.
Oaklander explica, en su libro “Ventanas a
nuestros niños” que los pasos que a continuación se detallan no deben ser
seguidos mecánicamente sino, servir como un proceso de trabajo con el niño que
sea suave y fluido.
A continuación se desarrolla una de las muchas posibilidades, establecida por Oaklander, para el proceso terapéutico:
Nuestro comentario
Violet
Oaklander hace mención a la importancia de que el terapeuta se conecte con el
niño y profundice, hasta donde sea conveniente, para obtener información real
y enriquecida sin llegar a conjeturas o interpretaciones que estropeen el
proceso.
Pues bien…
Cumplir la premisa ‘’no interpretar antes de tiempo’’ puede ser un poco
difícil, pero por ello hemos inferido la importancia de cumplir, en lo posible,
con los pasos mencionados arriba. Estos permiten explorar más allá de lo
superficial, le dan un espacio al pequeño y encaminan al terapeuta respecto a
cómo indagar sin que el niño se sienta invadido y así obtener señales claves
que faciliten un diagnóstico verídico.
Por otro lado, es de suma importancia
aprovechar los recursos tan sencillos como el dibujo y la pintura, son
herramientas donde el niño puede proyectar sus emociones y es conveniente no
pasarlo por alto; más bien hacer arte con ello y nuestros conocimientos, lo
que nos invita a experimentar nuevas opciones y echar a volar nuestra
imaginación para trabajar en la clínica.
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Referencia
Oaklander,
V. (2010). Ventanas a nuestros
niños: Terapia Gestáltica para niños y adolescentes. (12ª ed.). EDITORIAL CUATRO VIENTOS:
Santiago de Chile.
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